Algunos hechos que claman al cielo
Lugar: Isla de Lampedusa:
Es 3 de octubre de 2013, un barco pesquero muy maltrecho sale del puerto de Misrata. Dentro de él, conducidos por un delincuente tunecino, van 525 personas, de las cuales 40 niños; todos distribuidos al estilo del Titanic: USD 500 el lugar más barato, sin derecho a salir de las bodegas y la parte baja; USD 1.500 para quienes van en cubierta y tienen mejores posibilidades de llegar a destino. Acercándose a su destino, la isla de Lampedusa, con la que hace contacto mediante una antorcha encendida; el fuego alcanza un mástil con su tela y se desata la tragedia: ¡ se dice que sobrevivieron 153, y que murieron ahogados más de 300 en ese intento! Hay una ley italiana – llamada Bossi- Fini – según la cual ningún pescador puede ayudar a un inmigrante en apuros a menos que lo recoja y lo lleve ante Carabineros.
Los emigrantes – ¿y será tan distinta la evaluación entre nosotros? –, son según esta ley, desde un comienzo delincuentes, atención “según la ley”. ¿Qué hace el Primer Ministro italiano al ver la magnitud de la tragedia? Nacionaliza a los muertos y a los que sobreviven los envía de vuelta con pago de multa de unos seis mil euros. Fíjese, en dos décadas el saldo de muertos en estos intentos de llegar al norte salvador, suman diez mil, negros además, sobre todo negros. Todos ellos auto-engañados creyendo llegar a cumplir un sueño. Sólo un detalle más al respecto: ¿cuál sería el trato de los medios a una noticia de este tipo si hubiera sucedido en una barcaza desplazándose de algún lugar de la isla de Cuba hacia los Estados Unidos?. Parecía que la tragedia del 25 de diciembre de 1996, el mismo día de navidad, frente a las costas de Sicilia, sería el mayor naufragio de la historia de Europa, el más grande después de la Segunda Guerra Mundial. En esa ocasión morían ahogados 283 inmigrantes que provenían de Sri Lanka, Pakistán, y la India. Tanto el año 96, como el 2013, la atención mediática que recibió esta tragedia fue muy menor en relación a la magnitud de los sucedido.
Lugar: Frontera sur de México:
Medio millón de personas (500.000) – hondureños, guatemaltecos, salvadoreños principalmente -, emprenden el camino cada año hacia los Estados Unidos por el corredor de México, de sur a norte ¡ni hablar de las peripecias que tienen que enfrentar en ese viaje hacia el país de todas las oportunidades, si es que llegan a la frontera, y, si es que pueden ingresar a los Estados Unidos!… La vida no se hace tan sencilla cuando se llega a un país en que el idioma es completamente distinto, pues más allá del ejercicio de acostumbramiento propio que se hace al llegar a un lugar con otros modos de vida, el desconocimiento del lenguaje constituye una forma de exclusión, discriminación, e incluso vulneración y aprovechamiento de inescrupulosos. Estados Unidos se autodefine como un país sumamente tolerante y abierto a la diversidad, pero ¿cuántos crímenes raciales se registran en esta época?, ¿acaso han cambiado en algo los discursos de los candidatos presidenciales en ascuas de las elecciones? ¿Es propio de un país que se declare tolerante el hecho de crear barrios en donde agrupar a determinados tipos de individuos?
Chile hoy:
A raíz de la manifestación en Antofagasta contra inmigrantes colombianos en octubre pasado, una alta autoridad política sostiene que no le gusta eso de manifestarse a favor o en contra de los extranjeros o migrantes que han llegado al país; que más allá de si sea bueno o no que haya inmigrantes, lo importante es que lo hagan de acuerdo a la ley y respeten nuestras leyes. Si bien parece a simple vista una declaración neutral hacia la migración e incluso positiva – con el condicionante legal –, es la cláusula judicial la que hace ruido, pues más allá de centrarse en un hecho meramente procedimental y carente de un enfoque de derechos naturales – al no reconocerse el derecho de las personas a moverse libremente por el mundo como condicionante sine-qua-non -, se pasa por alto los derechos humanos, el derecho a la vida, a la dignidad, a la no discriminación, y tantos otros que van por encima de cualquier normativa vigente en términos legales pues apelan a un principio mayor a la soberanía de cualquier Estado: la humanidad.
Principios de este tipo son los que al parecer se han ido ausentando del trabajo de las grandes corporaciones informativas, para dejar en pie el puro interés sectorial, clasista o político-empresarial. Y es demasiado notorio cómo, noticias de mucho menor envergadura y dramatismo, ocupan espacios y presencia desmedidos. La mayor parte de ellas cuando convienen a ciertos poderes e intereses. Humanidad y/o humanismo son nociones que al parecer se han ido esfumando de los grandes medios de comunicación. Quizá, todo el buen trabajo de distintas organizaciones consista, en primer lugar, en desbloquear el adecuado conocimiento de estos sucesos y las reales responsabilidades políticas y económicas de los más poderosos de este mundo en estas tragedias repetidas y repetibles.