Ranking de Democracia esencial
Presentación
Los rankings dominantes sobre calidad de la democracia demuestran un sesgo al sobrevalorar los aspectos de libertad de económica, pluralismo informativo y elecciones periódicas. Lo anterior coloca a Cuba y los llamados países bolivarianos en los últimos lugares, no obstante sus avances en derechos sociales y en otras formas de democracia. El artículo usa indicadores tradicionales de libertad económica e informativa de origen norteamericanos, pero al combinarlos con otras dimensiones de la democracia como la equidad, derechos colectivos, sindicalización (vinculados a la igualdad) y datos exploratorios sobre fraternidad, se logra proponer un enfoque equilibrado, valorativo de dimensiones para una democracia esencial. El resultados es que los estados neoliberales cooptados por mafias empresariales y oligarquías que no pagan impuestos ocupan los últimos lugares del ranking propuesto. Son países donde los indicadores de calidad vida y derechos sociales siguen rezagados a pesar de la década de crecimiento económico en el Continente.
El presenta informe analiza el nivel de funcionamiento efectivo de la democracia en base a la noción de democracia esencial sin cooptación. Esta noción se fundamenta en la presencia de un modelo tridimensional que hace hincapié en la importancia que adquiere la libertad, la igualdad y la fraternidad. Se trata de un modelo alternativo a las nociones formalistas y procedimentales acerca de la democracia, y de aquella que amplían y proponen una mayor profundización en base a la importancia asignada a los indicadores asociados a la igualdad social y económica. El modelo de tres dimensiones permite comprender una serie de paradojas que se dan en un contexto regional marcado por la desigualdad, la violencia y la crítica al desempeño de la propia democracia. La cooptación, entendida como negar la autonomía del otro (Gandhi y Przeworski, 2006; Gerchewski, 2010), explica las anomalías en las tres dimensiones: la censura afecta la libertad del otro, el igualitarismo sin poderes autónomo se vuelve una política sin contrapesos, y la ausencia de modelos de convivencia fraterna dan cuenta de negación del otro sin reconocimiento. Es decir, se propone que en la aceptación de la autonomía del otro se funda una cultura política de democracia esencial.
Las tres dimensiones cobran el mismo valor, lo que permite mirar las paradojas de un continente violento, desigual y con mala calidad democrática. Es posible medir en forma crítica a Guatemala por su alta desigualdad y violencia, como a Cuba por su falta de libertades políticas. El modelo de democracia esencial asume los contrastes y las situaciones intermedias que puedan existir entre los casos, superando con ello la simple distinción democracia y dictadura. Un país con elecciones pero cooptado por poderes paralelos y sin derechos sociales es tan cuestionable como los regímenes que persiguen la oposición. Para construir el modelo se usan rankings existentes y se califican los principales países del Continente en alto, mediano o bajo en cada indicador usado.